Dirigentes acusan incumplimiento de contrato de empresa concesionada y acciones anti-sindicales del director del establecimiento, entre otras irregularidades.
17 junio 2010
Una serie de irregularidades en el servicio de alimentación del Hospital San Borja Arriarán han detectado los trabajadores de este establecimiento. “Es un problema que se viene arrastrando hace años y que hoy -con el inminente y ‘nuevo modelo’ de licitación que desea imponer la administración- está haciendo crisis”, explica Karina Durán, presidente de la Fenpruss de este recinto hospitalario.
En primer lugar -señalan- el servicio que entrega la actual empresa, Sodexho, es cada vez peor. “Han estado lucrando con la alimentación, tanto de funcionarios como de pacientes, con minutas poco variadas y de escaso valor nutricional, coartando cada vez más las minutas elaboradas por las nutricionistas que trabajan en cada servicio clínico”, critica Jaime Vallejos, dirigente de la Fenpruss del San Borja Arriarán.
Además -acusan- han sacado provecho de instalaciones y maquinarias del hospital, las cuales nunca han sido reparadas ni mantenidas, por lo que se encuentran en pésimas condiciones. “Todo esto agravado por el hecho de estar trabajando con personal que no cuenta con la preparación ni la experiencia necesaria.
Por si fuera poco, son menos de los que oficialmente señalan, en circunstancias de que el hospital les paga por la totalidad de los empleados comprometidos inicialmente”, enfatiza Karina Durán.
Además de incumplir el contrato en diversos ítems, han recibido varias multas de la Seremi de salud, situación que ha sido informada a las autoridades pertinentes, sin lograr mayores cambios. “Con el tiempo, Sodexho ha ido ganado beneficios no merecidos y el hospital, lamentablemente, ha empeorado su servicio de alimentación, ya que esta empresa está dificultando cada vez las labores de supervisión y control por parte de las nutricionistas del hospital”, recalca Jaime Vallejos.
Por todas estas razones, exigen que Sodexho se retire cuanto antes y no tome parte en el nuevo proceso de licitación. "Ellos debieron haber cesado sus funciones en enero, pero por diferentes motivos, la dirección del establecimiento a cargo del Dr. Inti Paredes, les prorrogó el contrato hasta el 31 de julio, aludiendo principalmente a una nueva licitación”, cuentan ambos dirigentes.
El Dr. Paredes plantea ahora un nuevo modelo de licitación que, aparentemente era “mejor”, sin embargo no lo es, porque -entre otros aspectos- no incluyó la opinión técnica de las nutricionistas ni se consideraron las unidades dietéticas.
Acción anti-sindical de la dirección del Hospital
El pasado 15 de junio, la directiva de la APRUSS y el estamento de nutricionistas del hospital sostuvieron una reunión con el director, para despejar dudas respecto de este tema. “Tras una álgida conversación, acordamos crear una comisión para revisar las bases de licitación y, sobre todo, para crear un nuevo proyecto que incorpore la visión de este estamento profesional”, cuenta Karina Durán. Al día siguiente, se instaló esta comisión de trabajo con la participación de la presidenta de Aprus.
“Pese a que ella fue invitada explícitamente por las propias nutricionistas, el Dr. Paredes la conminó a retirase de la sala, dando una clara señal de acción anti-sindical”, comentó Jaime Vallejos.
Durante este encuentro, además, el Dr. Paredes explicitó su intención de crear una central de alimentación superdotada, eliminando las unidades dietéticas de los diferentes servicios clínicos, lo cual implicará una externalización o concesión en su totalidad.
“Más que informativa, esta reunión terminó siendo impositiva y no se generaron cambios de ningún tipo”, indicó. Karina Durán enfatizó que, como asociación, esta situación los tiene muy preocupados.
“Todas estas maniobras parecen ser una técnica para disuadirnos de lo que se viene, pues licitar la construcción y operación de la central de alimentación de pacientes y funcionarios, implica la concesión de un servicio, por ende, es una forma encubierta de privatizar”, recalcó.
Ambos dirigentes coincidieron en señalar que, además, se está cometiendo el error de considerar la alimentación sólo como un servicio de apoyo clínico, sin dimensionar su real importancia, como parte de la atención integral de los pacientes y factor esencial en la evolución y tratamiento de sus patologías.
“¿Si hoy es la alimentación, mañana que otro servicio ‘de apoyo’ se concesionará? ¿Hasta qué extremo llegaremos, otorgando cada vez más injerencia a empresas privadas, que lucran y que, muchas veces, ni siquiera cumplen con lo que prometen?”, cuestionan.